Carlos Quiroz tiene 34 años y es el mercedeño que demandó al Estado Nacional por los efectos secundarios de la vacuna AstraZeneca. En contacto con Sudamericana, contó el calvario que vive desde el año 2021, momento en que se aplicó dos dosis contra el COVID-19, pero no fue hasta la segunda aplicación que su salud comenzó a deteriorarse hasta quedar hoy en silla de ruedas.
El paciente afectado, en diálogo desde Mercedes, afirmó a Sudamericana que solo tiene dos dosis de AstraZeneca. Después de eso, por prescripción médica no volvió a aplicarse una tercera. “La segunda dosis es la que me hizo mal, a la semana empecé a sentir debilidad del lado derecho de una pierna, me impedía caminar y hoy estoy en silla de ruedas.
Se aplicó la segunda dosis en el año 2021 y ya hace dos años que utiliza una silla para movilizarse. Sumado a esto, usa pañales, porque no puede retener la orina. “Se me había hinchado e infectado la pierna y también estuve internado en Goya”.
Quiróz contó que los primeros síntomas fueron hormigueos, “como que tenía frías la piernas. Primero en una pierna y pasando los 15 o 20 días, empecé a sentir que la otra no tenía fuerzas”. Tras esos síntomas se hizo atender en Mercedes y le diagnosticaron hernia de discos. No conforme con este diagnóstico, viajó a Corrientes y le informaron que era mielitis transversa. “A los tres meses de la aplicación me quedé en silla de ruedas; no siento las piernas, no me puedo parar, me quedé con debilidad en las piernas”, agregó.
Señaló que algunos miembros de su familia también se aplicaron vacunas de ese laboratorio, y afortunadamente, por el momento no sufrieron de efectos adversos. En los estudios que se realizó, todos apuntan a que fue la vacuna. Actualmente se encuentra en tratamiento para rehabilitarse, pero no ve mejorías: “vengo muy fatigado de los ejercicios”.
Comentó que tras los primeros síntomas, una de las médicas que lo atendió fue quien hizo la denuncia y lo puso en contacto con el equipo de abogados que lleva adelante la demanda. Están en la etapa administrativa, aguardando que lo llamen para una junta médica, “para ver si se hacen cargo de mandarme a un buen lugar para hacer mi rehabilitación, porque en Mercedes no hay, hay aparatos comunes, como bicicleta y necesito algo más avanzado”, detalló.
Refirió que después que salió el caso de la paciente cordobesa, él hacía un año ya había empezado la demanda. También destacó que desde el laboratorio nunca se comunicaron con él, pero que el reclamo fue al Estado Nacional.
Antes de todo este problema de salud, Quiroz era carpintero y hacía repartos de cosas en un auto: “No pude trabajar más, después que me quedé así, mi mujer decidió irse para no guerrear con esto. Tengo tres nenas. Estoy en la casa de mis padres”, añadió acerca de su situación familiar. El paciente expresó que nunca tuvo COVID, pero se vacunó porque por sus viajes, le pedían el carnet en los controles camineros.
También contó que tiene problemas para conseguir pañales. A veces viaja a buscarlos a la capital correntina, con todo lo que esos inconvenientes demandan. “Quiero recuperarme, recuperar mi vida, volver a caminar… no depender de nadie más”, señaló con dolor.