Escribe: José Erasmo Gauto — El primer dandy fue el mejor vendedor de las tiendas de antaño, el mejor ataviado, el más seductor, el dependiente en quien el propietario del negocio depositaban sus mejores esperanzas para lograr convencer con paciencia, astucia y palabras bonitas a las señoras y señoritas de la sociedad que se allegaba a los largos mostradores donde se desenrollaran las telas de tul y de tarlatán muchas de ellas importadas de Londres o de París.
El término fue imponiéndose en Buenos Aires y desde allí generalmente en barco llegaba a las provincias y ciudades entre ellas a la Petit París donde hubo alguna vez también una Tienda Dandy.
Cuando la imprevista muerte de Antonio R. “Poroto” Espinoza ocupó los noticieros y veredas del 7 de noviembre de 2023, colegas y seguidores ofrecieron espontáneamente una corona de flores en nombre del mundillo periodístico y comenzaron a tejer otra ofrenda de recuerdos y de reconocimientos a quien terminaba de ingresar en la leyenda.
Pero dos espacios le fueron (lo son) particularmente propicios: la pista de carnavales y el escenario de la fiesta mayor.
La carrera de Espinoza, nacido en humilde cuna de Coloñita Loza, el mismo sitio donde fue sorprendido por la implacable Parca, no solamente navegó por los espectáculos mencionados sino que supo asumir como conductor programas radiales de pesca deportiva y medio ambiente en LT6, en FM Infinita, y otras obligaciones locutoriles y de animación como la Peña de SADE Goya en sus congresos internacionales o como la Cena Aniversario del Club Atlético Unión y otros compromisos de cara al público.
Lo hizo siempre con profesionalismo que incluían la correcta vestimenta, el talante siempre risueño y convidativo, la sonrisa interminable en su cara de pícaro, y la predisposición a ser condescendiente con los cercanos y los lejanos.
Pero indudablemente que la popularidad de su figura querida se disputarán las noches de Porambá, su comparsa, y las noches de la Fiesta Nacional del Surubí, por donde transitó durante un lapso no menor a treinta años.
Su ubicuidad y su adecuación le permitieron en los escenarios del Surubí compartir la escena con grandes del micrófono, haciéndolo siempre sin inconvenientes en cualquiera de los escalones que lo situaban la organización o sus propias cualidades.
Sobresalía en el comentario sutil de la fecha conmemorativa del primero de mayo, en la numeración descendiente hacia la cifra final de pescadores participantes en el concurso nacional, en la caricia verbal inesperada a las candidatas desfilando en la pasarela, en la glosa folklórica o en el gesto de una fecha histórica de la fiesta o de la ciudad.
Su pasión carnavalera se posaba en Porambá a quien preguntaba como a una reina ¿“Ya estás lista Porambá”?, y a la que acompañaba con su estilo inconfundible de requiebros, gritos de bienvenida, destaques de cada figura o coreografía que conocía al dedillo, con su gracia inigualable, con su saquito verde, su sombrero de plumas, su cambio de vestuario y sus zapatos de brillo.
Todos lo extrañamos en los corsos de 2024 como si alguien hubiera donado su lentejuela de eternidad a la estrella más esplendorosa, y al mirar hacia lo alto descubríamos su risa socarrona animadora de triunfos.
Conducía “Pirambá” los sábados a la tardecita-noche por Infinita y “La noche del aguante” desde las 19 del sábado hasta las 8 del domingo durante el concurso nacional de la Fiesta Mayor de Goya.
Acompañaba así radialmente a los pescadores quienes en sus zonas de pesca lo volverán a evocar seguramente en la memoria de la impactante vigilia.
“De carácter solitario, era un abanderado de la alegría”, como expresó Alejandro Medina en su memorial de prensa apenas fallecido el gran Dandy del espectáculo.
Tal vez en su homenaje alguna vez algún cantor le agregue estos versos a la icónica “Goya de ensueños” de José Elgul y de Rojas Echavarría:
CON ESPINOZA DE BASTONERO
MIENTRAS VUELAN AL PESCADERO
LAS GAVIOTAS DEL CARNAVAL…
COMO POROTO, NOMBRE AGORERO,
ONDAS RADIALES AL AIRE VAN
LLEVANDO AL RÍO EN SUS BANDADAS
CUAL NUEVO PÁJARO MENSAJERO
MADRUGADORES SUEÑOS DE ANZUELO
Y BRILLO LUJOSO DE PORAMBÁ…
Nota publicada en La Revista de la 47° Fiesta Nacional del Surubí