Por: Ricardo Mascheroni — El mercado “PIENSA QUE LA TIERRA ES UNA PISTA DE CARRERAS Y LA NATURALEZA UN OBSTÁCULO A VENCER” (Eduardo Galeano).
Cuando se actúa con esa lógica, todo vale para ganar la mayor cantidad de plata posible, con la menor inversión posible y en el menor tiempo posible, y arrasar el ambiente y las personas no son más que daños colaterales en la marcha al crecimiento, que siempre es para unos pocos.
MILEI LE DECLARÓ LA GUERRA AL AMBIENTE Y A LOS AMBIENTALISTAS: En el discurso de la firma del mamarracho de Mayo-Julio, quedó en claro que Milei ha elegido un nuevo enemigo para atacar: “Los políticos han escuchado más las demandas de minorías ruidosas y organizaciones ambientalistas financiadas por millonarios extranjeros que las necesidades de prosperar que tienen los argentinos.” Temeraria afirmación que requiere precisiones; en primer lugar, los que defendemos la vida y el ambiente, somos las minorías ruidosas (otrora nos decían los asustadores de viejas); en torno a lo segundo es verdad que hay y muchas ONG, que reciben suculentos subsidios de agencias de seguridad, de inteligencia, embajadas y empresas, cercanas al círculo íntimo del presidente y que seguro no quieren la prosperidad de los argentinos y sí aprovecharse del patrimonio nacional, pero no son todas.
Sigue: “Nosotros venimos a cambiar eso, a dejar atrás la demagogia buenista que condena a la miseria a millones de argentinos a tener el beneplácito de unos pocos acomodados.”, aclaro, lo que condena a la miseria de los argentinos no es nuestro discurso, sino sus políticas a favor de los pocos acomodados de su entorno.
Continuando con su prédica insidiosa dice: “La naturaleza debe servir al ser humano y a su bienestar, no a la inversa. Los problemas ambientalistas tienen que poner en el centro al individuo, por eso el principal problema que tenemos es la pobreza extrema y esto solo se soluciona si aprovechamos nuestros recursos.”
Los ambientalistas lo tenemos claro y siempre hemos puesto en el centro a los seres humanos y su bienestar, por ello no aceptamos el sacrificio del ambiente en beneficio de unos pocos, menos que la depredación del mismo nos pueda sacar de la miseria. Por siglos Latinoamérica, fue víctima de una política de saqueo que arrasaron y se llevaron todo lo que podían, sin que la pobreza disminuyera, sino más bien todo lo contrario.
Como ocurrió con el oro, la plata, el cobre o el quebracho, ahora vienen por el petróleo, el agua, los humedales, los minerales estratégicos y el litio, para seguir enriqueciendo a grupos y bancos transnacionales, vía presión de la impagable deuda externa en manos de fondos buitres globales.
Pero si lo expuesto, parece temerario, cito medidas que abonan que “ambiente y ambientalismo”, están totalmente prohibidas por el gobierno: “ECHARON AL SECRETARIO DE BIOECONOMÍA, cuestionado en la interna del oficialismo por sostener una agenda ambientalista”; “LA MOTOSIERRA PONE EN RIESGO EL SANEAMIENTO DEL RIACHUELO”; ORO BLANCO: El Rigi apura la extracción de litio, dando ventajas a las mineras y aumentando riesgos ambientales; entre tantas otras que darían para un libro. A ello debemos sumar el desguace y despidos en organismo técnicos específicos en esta temática.
Mientras muchos argentinos festejan la Copa América, el ambiente languidece y sufre en silencio.