¡En cada Noche buena
la tierra se empapa de ternura…
La humanidad descubre lo inefable…
Un soplo de eternidad…
conmueve los corazones.
El alba se embelesa
ante el milagro de Belén…
Allí donde se detuvo la respiración del mundo,
en un retablo ataviado de humildad
nace de Maria, la Virgen Madre
Jesús, El Emmanuel, Dios con nosotros.
Lo custodian los ángeles, los pastores.
Se derraman por doquier las gracias celestiales.
“Necesitamos ángeles para ser hombres”
Necesitamos de los ángeles para ser humildes.
Necesitamos la simiente de alegría
en la propia alma!.
¡Jesús vino para quedarse entre nosotros…
quiere que lo acojamos
en cada ser sufriente,
desnudo, hambriento, entre rejas,
sin techo, sin tierra, sin trabajo…
con la mochila cargada de desesperanza.
Dios es la libertad que añoramos…
Es la ternura que nos falta…
Es la felicidad que nos lleva al gozo!.
Jesús..
¡En esta Navidad…
hazme aspirar el perfume del AMOR.
¡Envíame la paz de tus estrellas!.
Alicia Arnica de Nardelli