Finalizó nuestra FIESTA Nacional del Surubi. Tuvimos una gran fiesta, aunque con errores muy marcados, pero, sin embargo, fueron más aciertos que errores (eso le permite seguir siendo el mayor evento turístico de Corrientes).
Pero es así, quien hace se equivoca y no debe enojarse por recibir críticas de estos errores porque, justamente allí, nace el progreso.
Algunos errores muy marcados. Por ejemplo la falta de seguridad en el show de Nicki Nicol. Un policía y un civil pretendían que no se le desmadre 10 mil personas enloquecidas. Terminó con todos amontonados y apretujados como una sardina, exactamente así (los que estaban adelante).
Pero tampoco debemos detenernos en lo micro, cuando lo macro funcionó. Podemos hacer una lista de cosas a mejorar (para no llamar errores y que no se enojen), pero este espacio no da para eso. El periodismo local debería también encargarse de mirar estas cosas y no quedarse dormidos en el banco de los aplaudidores.
Ahora bien, es momento de hacer balances, sobre todo económicos, y mostrar a la ciudadanía, bien claro, publicados hasta en Facebook el resultado económico. No solo en una conferencia de prensa. El Facebook es el diario de ayer.
Pero lo más importante es la alternancia, el cambio. Nadie es indispensable ni deben creerse los únicos capaces. En rigor de verdad, la Comisión en pleno debería renunciar y dar lugar a la alternancia. La Fiesta no es privada, al menos por ahora. No debe quedar nadie, a excepción quizás de Juan Cenoz por una cuestión técnica y práctica. Nadie es indispensable y cualquiera lo puede hacer igual o mejor, pero LA ALTERNANCIA ES TRANSPARENCIA. NO PUEDE HABER UNA COMISIÓN 3,4,5 AÑOS QUE SE REELIJAN ENTRE ELLOS. Se debe dar las gracias por los servicios prestados, entregarles un diploma de trabajo (dije diploma, no medalla ni nada parecido) y seguir adelante. De no ser así, las figurillas repetidas siempre tenderán a ser objetivo de críticas, la mayoría de las veces con justa razón.
En síntesis, una fiesta magnífica, con errores lógicos y disimulables y un cambio que ya debe estar en puertas. Sean como los grandes técnicos de fútbol, se van del club habiendo ganado, habiendo sido campeones, porque los grandes éxitos no duran toda la vida.
Nota: Ramón Cavalieri. – Perodista