Construyendo lazos basados en la acción
Dirección de Prensa – Lino “chuli” Pereyra y Juan Carlos “tuto” Osuna desarrollan el oficio de ladrillero. En Goya, según lo afirman ellos mismos, existen actualmente alrededor de 50 familias que se dedican a la producción de ladrillos, y otras tantas debieron dejar la actividad por las dificultades que acarrea no contar con las herramientas apropiadas. “Pasaron muchos políticos que nos dijeron “le vamos a dar una mano”, pero no pasaba nada. Desde hace dos años el intendente (Mariano Hormaechea) nos está enviando la máquina (retroexcavadora) para sacar tierra, y gracias a eso ahora tenemos la facilidad de tener la tierra al lado del pisadero”, comentaron.
Efectivamente, desde hace 2 años se viene realizando este trabajo. Tan cierto como que nunca antes ninguna gestión municipal realizó este tipo de gestión, consistente en ayuda a los emprendedores en la fábrica de ladrillos; una actividad tan añeja como la historia misma de Goya.
La ayuda consiste en el aporte de una máquina para la extracción de tierra, lo que representa una maximización del tiempo que demanda la tarea. Así, lo que antes se concretaba en una semana, con esta maquinaria puede lograrse el mismo resultado en una hora de trabajo.
Pereyra y Osuna explicaron entonces: “El proceso de la fabricación del ladrillo comienza trayendo la tierra. Antes de tener la ayuda del intendente, acarreábamos en carretilla esa tierra hasta el pisadero, para de ahí preparar el barro, la mezcla con el aserrín. Luego viene la parte del corte y el secado, que en invierno mínimo dura 2 meses. Luego la horneada que le decimos, la quema, para luego vender el ladrillo”.
Para el ladrillero es importante esta ayuda vinculada al trabajo, “porque si llueve una semana no se puede trabajar un mes” por las condiciones en que queda el terreno, explicaron los trabajadores. Ante una situación como esta “no está de más una ayuda de comestibles, por ejemplo, pero al tener la tierra a mano es mucho mejor para nosotros”, mencionaron, dando cuenta el valor que significa la ayuda que fortalece la actividad laboral.
Aclararon luego que la tierra la extraen de una zona baja, la necesaria para el ladrillo. “No todas sirven para hacer ladrillos, la arcillosa es la que sirve. Hay otras, pero muy arenosas y no sirve”, dejaron en claro.
Oportunamente el intendente Mariano Hormaechea se había reunido con los ladrilleros de Puerto Boca, se informó, atendió a la realidad que se revelaba desde sus voces, los escuchó, se preocupó y ocupó para mejorar esta realidad que los propios trabajadores dieron a conocer. Destacando además la valiosa intervención de Guillermo Escobar para la concreción de esta reunión.
Los productores explicaron la modalidad de trabajo, el tiempo que demanda y los riesgos a los que se enfrentan en la actividad, mencionando a modo de ejemplo que una simple lluvia puede inutilizar semanas de trabajo si no se toman los recaudos en tiempo y forma. Por todo ello es que agradecieron la ayuda que les viene brindando la municipalidad contribuyendo en la optimización de la sacrificada tarea que desarrollan. “Solamente para comer alcanza, y si la temporada es buena”, remarcaron.
Cabe agregar que también se gestionó ante el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, a través del ministro Adán Gaya y luego del relevamiento efectuado, la asistencia con plásticos para cubrir el adobe y módulos alimentarios.
Finalmente, Guillermo Escobar explicó que la idea es que el ladrillero pueda avanzar, crecer en su actividad, de manera ordenada, gestionando la posibilidad de “tener su boleta como corresponde”, lo cual permitirá incluso que la misma municipalidad pueda comprarles la producción de ladrillos cuando ésta requiera.