En una ceremonia realizada en la Prefectura Formosa, fue adoptada por su guía, el cabo primero César Abel Gordillo.
La Prefectura Naval Argentina despidió con honores a “Mía”, una perra detectora de estupefacientes que durante más de una década fue parte esencial en la lucha contra el narcotráfico. Con nobleza, coraje y una sensibilidad única, participó de innumerables procedimientos en la provincia de Formosa y distintas regiones del país, convirtiéndose en una figura querida y respetada por todos los que compartieron tiempo con ella.
Nacida el 28 de febrero de 2012 en la ciudad de Formosa, Mía fue incorporada a la Institución desde cachorra y destinada a la División Perros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde inició su formación especializada como agente canina. Tras completar su adiestramiento, comenzó una carrera ejemplar al servicio de la seguridad.
Desde entonces, su labor no se detuvo: patrullajes fluviales, controles vehiculares, inspecciones en zonas costeras y tareas de inteligencia. Mía siempre estuvo presente, alerta, lista para actuar con temple y eficacia, participando de diversos operativos contra el narcotráfico.
Cada uno de estos logros fue posible no solo gracias a su olfato preciso y su entrenamiento riguroso, sino sobre todo a su temple y a la conexión única que forjó con su guía, el cabo primero César Abel Gordillo, que decidió adoptarla.
Con mucha emoción, en una ceremonia realizada en la dependencia local, César asumió la responsabilidad de brindarle un hogar cálido, contención afectiva y todos los cuidados que merece en esta nueva etapa de descanso. Así, Mía seguirá siendo parte de la gran familia prefecturiana.
Entre abrazos y miradas cargadas de emoción, se rindió homenaje a quien, sin decir una palabra, habló siempre con su entrega.